Hoy a diez años de la construcción de la Red Bonaerense miles de cosas pasan por nuestras cabezas, sobre todo esos primeros momentos, donde sin nada de experiencia, sin conocernos mucho, un grupo de locos/as volamos con un sueño.
Un sueño que poco tenia de romántico, porque en ese momento era salir a pelear por nuestra vida y la vida de muchos compañeros/as para acceder a la salud, a los medicamentos, a la atención, fueron momentos cruciales, difíciles, pero nos impulso un solo objetivo, o salimos y la peleamos o nos morimos en el camino, por supuesto que en nuestra cabeza y corazón estaba la pelea y salir a defender un derecho que era nuestro.
Pasaron muchas cosas en el camino, logros, muchas frustraciones y mucha pasión, pero sobre todo fuimos construyendo, con aciertos y desaciertos, nuestra identidad de lucha, de activismos, de militancia, de objetivos claros, de compañerismo, de amistad, de familia.
La vida en la Red ha traído mucha felicidad pero también mucho dolor, sobre todo por los/as muchos/as compañeros/as que partieron, pero que nos dejaron su pasión, su vehemencia y compromiso, se fueron entregando su corazón a la Red.
Como no extrañarlos, es imposible que hoy no pensemos en Rubén, Camila, Pablo, Roly, el Mono, Chan, Laura, Sergio, Susana, Daniel, Marisa y tantos otros que pasaron y fueron parte de esta Red.
Este camino ha sido posible porque gente como ellos, con una visión y un deseo casi mas fuerte en el corazón que en la mente, se comprometió y lucho de una manera, que quizás no todos/as entiendan.
Una compañera lo explicaba con esta frase:
Cuando la Red penetra en nuestro corazón, nos sentimos parte de esta historia.
Gracias compañeros por marcarnos el camino!
Red Bonaerense de Personas viviendo con VIH
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